Ida y vuelta: 4,26 km
Llegamos a Provoaçao desde Ponta Delgada por la EN1-1A y continuamos por ella unos kilómetros más, hasta ver a mano derecha el desvío a Faial da Terra. En su último tramo, la carretera desciende por una ladera hasta llegar a un cruce a la entrada de Faial, donde giraremos a mano izquierda y nos encontraremos a unos 100m con el inicio de la ruta.
Al final de la calle, podemos aparcar el coche, junto a una fuente que hace esquina.
"Faial de Terra es un pequeño pueblecito de apenas 400 habitantes, que sobre todo vive de la ganadería"
Inicio de la ruta
Desde el incio, tenemos dos opciones para llegar al Salto do Prego.
Nosotros escogimos la de la derecha, que sigue el curso del rio hasta la cascada y que según pudimos comprobar después, era la mejor opción si queríamos salvar más desahogadamente, el desnivel de la ruta.
Según nos vamos adentrando en el bosque la vegetación se va haciendo más exuberante y pronto nos encontramos en plena selva.
La cultura cinematográfica que ha hecho mella en muchos de nosotros, nos recuerda que en cualquier momento puede aparecer un Tarzanín colgado de una liana.
Hacia la mitad de la ruta nos encontramos con un cruce de caminos; de frente continúa hacía Sanguinho por donde haremos el regreso y a mano derecha, sigue hacia la cascada.
La vegetación es tan apabullante; bosques de laurisilva, helechos arbóreos, inciensos, acacias.., que en muchos momentos nos dejan obnubilados.
Descubrimos la cascada de repente desde lo alto y ya podemos imaginarnos el esplendor que nos espera.
Pero antes de bajar, continuamos un poco más el sendero hasta pasar por encima de ella y hacernos unas fotos, junto a unos hitos que señalizan el final del camino.
Una vez a los pies del la cascada, pensamos lo afortunados que somos, al poder contemplar estos pequeños tesoros
Regresamos por nuestro pasos hasta la bifurcación, donde cogeremos el desvío hacia la derecha, que nos llevará de vuelta a Faial, haciendo una circular y pasando antes por la aldea de Sanguinho.
Pronto llegaremos a la aldea de Sanguinho, que toma nombre de una planta endémica de las Azóres, muy popular en el pasado, antes de que la vegetación exógena la engullera como tantas otras cosas.
La aldea de Sanguinho, se construyó en la alto para evitar las crecidas del rio y quizás fue debido a su inaccesibilidad por lo que se fue abandonando.
Al parecer actualmente se está restaurando y se quiere convertir en una "aldea ecológica". Nosotros ya encontramos varias casas rehabilitadas.
Desde el pueblo el camino está empedrado y baja zigzagueando hasta Faial.
Las vista en la bajada, con el mar al fondo, el río a lo largo del valle y el verdor escalofriante, son indescriptibles
Se trata de una ruta sencilla de seguir, ya que todo el recorrido está señalizado con marcas amarillas y rojas y transcurre en todo momento por un visible sendero, por lo que no hay posibilidad alguna de pérdida.
Es frecuente que las piedras que cruzaremos a lo largo de la senda, se encuentren mojadas y resbaladizas por lo que conviene no descuidar la atención.
La senda no requiere en ningún momento el uso de las manos ni transcurre por pasos que puedan dar sensaciones aéreas.
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